Comienza a hacerse urgente formar Gobierno. Si nuestra clase política tuviera un mínimo sentido de Estado y visión en conjunto de la sociedad, ya se habrían dado cuenta de que el despropósito actual ahonda aún más en las dificultades que está atravesando la economía española.
Ya escribí hace unas semanas en un medio digital sobre las consecuencias del despropósito político. En ese momento eran solamente indicios provenientes de los mercados financieros. Hoy en día ya tenemos un impacto para 2017: el PIB crecerá un 1,4% menos en 2017 en caso de que no logremos un Gobierno estable. No es una estimación infundada, pues ya existen indicadores adelantados, usados por economistas de todas las corrientes ideológicas, para medir la evolución económica. Veamos algunos:
• Consumo eléctrico. El índice de red eléctrica ha demostrado ser una herramienta muy fidedigna a la hora de predecir la evolución de la economía. Se trata de un indicador cuyo objetivo es facilitar una información adelantada de la evolución del consumo eléctrico del conjunto de empresas que tienen un consumo eléctrico medio/alto.
El gráfico muestra la tasa de variación interanual del consumo eléctrico de las grandes cuentas de nuestro país. Se observa con claridad cómo, a partir de Septiembre de 2013, la tendencia cambia y comienza a construir una senda claramente alcista. Durante 2015 el consumo de electricidad crece a un ritmo promedio superior al 2% (tasa de crecimiento alcanzada durante los mejores años del boom) para estamparse en enero y febrero de 2016, cuando decreció un 1%. La peor noticia, sin duda, es observar cómo en la serie histórica enero y febrero son meses en los que tradicionalmente el consumo de luz ha crecido, incluso en los años más duros de la crisis. Es decir, los datos mostrados no tienen un componente cíclico capaz de explicar la evolución. Tampoco queda explicada por una economía que arrastra debilidad.
Se trata, sencillamente, de un aviso: La economía desacelera, los agentes dejan de producir en España y no demandan energía eléctrica. Para los curiosos, el sector más afectado (una vez más), es el industrial. Parece que incluso el sector exterior se comienza a resentir.
• Crédito destinado a actividades productivas. Ya hemos hablado en este blog largo y tendido sobre la ausencia de recuperación en el crédito destinado al sector privado. Ni tan siquiera 600.000M€ (el 0,6% del PIB de la eurozona) de dinero impreso por orden de Mario Draghi han sido capaces de dinamizar el core del sector bancario. Es más, el dinero inyectado en la economía continúa amontonándose en forma de pasivos del BCE. Esto son, las reservas que los bancos comerciales depositan en el BCE, aún a costa de pagarle el 0,2%.
Además, como veremos en el siguiente gráfico, para países como España el problema es aún mayor, dado que el poco crédito que se está dando no tiene como finalidad actividades productivas:
Los agentes privados tiran de crédito al consumo para tapar agujeros mientras la economía cae en un profundo letargo del que nadie está dispuesto a despertarla. Nadie, ni agentes internos ni inversión extranjera, ha confiado ni confía en nuestro país como una inversión de la que obtener rentabilidad a futuro. Más allá, el gráfico muestra con una frialdad abrumadora cómo en el cuarto trimestre de 2015 se ha vuelto a romper la tendencia creciente que llevaba el crédito destinado a actividades productivas. De nuevo, no podemos achacar la recaída a un efecto cíclico, pues vemos cómo en 2013 y en 2014 el cuarto trimestre fue especialmente positivo en términos de este indicador.
• Bienes de equipo. Muy ligado al anterior punto, en la cartera de pedidos de los bienes de equipo se observa con claridad el parón económico en enero y febrero del año en curso:
Ni tan siquiera el buen comportamiento de febrero durante la serie analizada ha sido capaz de devolver los datos a su tendencia creciente. Preocupante por ser las bases del país que queremos construir. Sin bienes de inversión, ¿qué mano de obra va a ser necesaria? ¿qué vamos a construir? Es importante pararse a pensar la España que queremos construir para el futuro, y observar si es lo que estamos desarrollando o no.
• Inversión extranjera. Parece de perogrullo, pero es complicado esperar que agentes extranjeros inviertan sus recursos en un país en el que en un horizonte temporal de menos de 6 meses pueda salir un partido que pretende destinar los beneficios generados a un Estado hipertrofiado e ineficaz, prácticamente con la misma posibilidad con la que puede continuar el Gobierno que ha estado durante los últimos 4 años. Todo ello agravado por el hecho de que sea quien sea el elegido, gestionar nuestro país va a ser una tarea muy complicada, vista la fragmentación del Congreso. Por lo tanto, no es de extrañar el siguiente gráfico:
Recoge la inversión extranjera en España, incluyendo la inversión directa y la inversión en cartera, como porcentaje del PIB. Más allá de ser una serie muy cíclica, sujeta a determinados períodos del año, se observa cómo, a partir del primer trimestre de 2015, la tendencia se ha dado la vuelta, adquiriendo un tono decreciente que se ha agravado en la última parte del año.
Evidentemente, el sentimiento inversor hacia nuestro país ha ido evolucionando conforme se desencadenaban las noticias y encuestas que daban alas al despropósito político que vivimos actualmente. Y Noviembre y Diciembre solamente han puesto la puntilla a una situación que se hace por momentos insostenible.
Los datos anteriores son solamente variables ilustrativas de que la situación está empeorando, y continuará con el paso de los meses si seguimos con esta irresponsabilidad política de gobernar a cualquier precio, incluido el de los propios ciudadanos. Porque espero que nadie se lleve a engaño, esto que hoy vemos en un blog cualquiera, en forma de gráfica, en el tercer trimestre comenzará a resentirse en la economía real, e implicará puestos de trabajo perdidos, mayor prima de riesgo (y pago de intereses), y una espiral descendente que veremos dónde desemboca, vista la inestabilidad que reina a nivel internacional. Si el Ministro de Economía en funciones aparece en un periódico afirmando que tendría que ocurrir una catástrofe para que España no crezca al 3% este año solamente indica que dicho crecimiento es artificial. Es decir, provocado por un petróleo barato y por el BCE. No porque los fundamentales avancen de forma sólida y sostenible.